Cada vez está adquiriendo mayor relevancia la importancia de los procesos emocionales en la aparición y desarrollo de algunas enfermedades.
Siguiendo las teorías psicosomáticas mente y cuerpo están interconectados, influyendose mutuamente por lo que, desde mi punto de vista, la identificación y gestión de nuestras emociones toman mayor relevancia en el ámbito de la prevención.
Si bien son muchas las ocasiones en que uno mismo se ha recuperado de una situación estresante de manera natural, es decir, con sus propios recursos psicológicos (este hecho es compatible con el apoyo potenciador de un experto en Psicología);
sin embargo, en otras ocasiones, podemos sentir que nuestro problema tiene el “efecto de bola de nieve” el cual hace que cada vez se haga más grande, influyendo en nuestras emociones, pensamientos y conductas, creando un ciclo de retroalimentación negativo con nuestras experiencias personales. Es este el momento, en el que más necesitaremos recurrir a un profesional que nos ayude a identificar nuestros propios recursos.
Así mismo puedes acudir a Psicología Activa para desarrollar tu autoconocimiento, inteligencia emocional, autoestima, comunicación, asertividad, resiliencia o capacidad de salir reforzados de las dificultades, tu sentimiento de autoeficacia o para tomar decisiones.
Para mi el paciente/cliente tiene un papel fundamental y es él mismo, con la guía y el soporte profesional, el artífice de su evolución personal.
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